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miércoles, 25 de abril de 2012

Entrevista a Fernando Osorio, presidente del segundo Congreso Internacional sobre Conflictos y Violencia en las Escuelas

Autoras/es: Maria Mercedes Rementería
      Entre el 14 y el 16 de junio tendrá lugar en la ciudad de Buenos Aires el Segundo Congreso Internacional sobre Conflictos y Violencia en las Escuelas titulado "Tensiones socioculturales entre niños, jóvenes y adultos". El mismo está pensado para reflexionar y debatir sobre la violencia que crece y se reproduce en los ámbitos educativos.
   El Congreso está organizado por la Fundación Sociedades Complejas y Estudios para la Infancia que anteriormente había propiciado el Primer Congreso Internacional sobre Conflictos y Violencia en las Escuelas que tuvo como lema “La decadencia de la autoridad” y contó con el apoyo de la Facultad de Derecho (UBA).
   Para conocer la historia de la Fundación debemos remontarnos a 2010, cuando un grupo de profesionales jóvenes se propuso crear un espacio dedicado a promover el desarrollo y la capacitación de los profesionales de la salud, la educación y la cultura que trabajan con bebés, niñas, niños y adolescentes y/o con sus familias. Así nació la Fundación Sociedades Complejas. Proyectos en salud y educación que impulsa la gestión de proyectos y la creación de redes de investigación e intercambio y organiza actividades académicas (jornadas, cursos, congresos, ateneos), motivando el trabajo interdisciplinario. Actualmente, impulsa el proyecto “Escuela y Violencia” -desde el cual se está organizando el segundo Congreso Internacional- y tiene a su cargo la gestión ejecutiva del forumadd (equipo interdisciplinario contra la patologización de la infancia); entre otros.  
   Para conocer más acerca de este segundo congreso conversamos con el Licenciado Fernando Osorio, quien lo preside.
(Fecha original del artículo: Abril 2012)


PyP: Este es el segundo congreso sobre Conflictos y Violencia en las Escuelas ¿cuáles son los temas que se abordarán en esta oportunidad?

F.O.: Trabajaremos sobre un eje central: los aspectos sociales que históricamente han criminalizado  la conducta de niños y jóvenes, suponiéndoles una potencialidad delictiva, y su relación con la propuesta posmoderna de patologizar dichas conductas.  A partir de este eje nos centraremos en las relaciones sociales que se imponen a partir del vínculo entre dos instituciones: la familia y la escuela.  Desarrollaremos minuciosamente qué ocurre con los padres que no logran imponer su rol de referencia y autoridad; qué ocurre con los docentes que no pueden sostener acuerdos de convivencia sobre los ejes de toma de conciencia del hecho cometido y reparación del daño y por último sobre qué ocurre con los modos sociales de violencia que irrumpen en las escuelas.


PyP:¿De qué hablamos cuando nos referimos a tensiones socioculturales?

F.O.: A los procesos de socialización de niños y jóvenes que confrontan con un mundo adulto que no puede imponer normativas familiares ni sociales y que como consecuencia entorpece dichos procesos.  Por lo tanto esta anomia estimula un nivel de tensión generacional entre adultos y jóvenes que no hace más que reproducir constantemente agresividad y maltrato. Los adultos se pierden  como referentes y los niños y jóvenes quedan a la deriva o huérfanos.


PyP:¿Qué relación tiene esto con la decadencia de la autoridad que se trató en el primer congreso?

F.O.: Precisamente la decadencia de la autoridad es la que dio  lugar a que reaparezca, de modo encubierto, la noción de criminalización de las conductas de niños y jóvenes pero con un nuevo discurso; el de la epidemiología que todo lo patologiza.  Antes se castigaba ahora se patologiza. La criminología pretendía controlar  al sujeto con  estrategias de poder punitivo y clasificaciones estigmatizantes para definir al delincuente.  En la actualidad  los procesos de patologización posmodernos, de la mano de las nuevas clasificaciones en salud mental,  estigmatizan  prácticamente a toda la población nominando sus conductas en términos de trastornos, es decir como enfermos; con el único objetivo de difundir tratamientos psiquiátricos y medicamentosos.  Esto será uno de los ejes de esta nueva edición del congreso.


PyP: ¿La violencia es propia del sistema escolar o es un reflejo de lo que se vive en todos los ámbitos sociales?

F.O.: La violencia escolar son los episodios que ocurren dentro de los establecimientos educativos y le pertenecen; son generados por el sistema.  Un ejemplo típico de “violencia escolar” es el manejo, por parte del docente,  de la calificación para generar coerción sobre la conducta de sus alumnos.  En cambio la violencia “en” las escuelas, que es la que preocupa en la actualidad,  es violencia social que irrumpe dentro de los establecimientos educativos: violencia callejera, violencia familiar, uso y abuso de sustancias tóxicas, portación ilegal de armamento, etc.   Diferenciar esto permite comprender que este fenómeno actual le pertenece a la sociedad entera y no a un sector como pueden ser los docentes o los padres.  Siempre existieron los conflictos  sociales entre escuela y familia pero nunca han sido tan virulentos ni tan visibles. 


PyP: ¿Qué es necesario para superar las tensiones que se dan dentro de la escuela?

F.O: Adultos que asuman su rol de referentes y que el respeto entre alumnos, docentes y padres se funde a partir del sostenimiento de una autoridad legitimada por el saber.  Muchos adultos dudan y se pierden en el ejercicio de la autoridad confundiendo muchas veces esa postura con el autoritarismo.  Cuando un adulto se muestra débil y encima tiene un rol de referencia lo que genera en los niños y jóvenes que tiene a su cargo no es más que incertidumbre y desasosiego.  Este estado no genera más que agresividad y violencia hacia el entorno.


PyP: ¿Esto se puede hacer extensivo a otros ámbitos?

Por supuesto esto se reproduce en cada lugar en el que existe un vínculo afectivo y la posibilidad de una convivencia pacífica se funda en el seno familiar a partir de que el niño o joven sabe que cuenta con adultos referentes para su crianza.

PyP: ¿Cómo se manifiesta la violencia en las distintas etapas de la vida?

F.O: En la infancia se manifiesta violencia primaria y a partir de la socialización de los niños en las organizaciones sociales lo que se manifiesta es violencia secundaria.  No hay otro tipo.  Resulta fundamental diferenciar la violencia primaria de la violencia secundaria. La violencia primaria es la que sufre el niño pequeño o el recién nacido que deben someterse a la palabra arbitraria del adulto que todo lo deciden por su estado de indefensión.  Esta sensación de sometimiento del sujeto infantil a la palabra del adulto es experimentada como una situación violenta.  Esto ocurre hasta que el niño se da cuenta que logra ciertos niveles de autonomía y que el adulto no puede controlarlo todo.  En cambio la violencia secundaria es la acción que atenta contra la integridad del sujeto infantil o el maltrato entre pares.  Puede ser desde  impedirle pensar autónomamente hasta todas las variantes de abuso y avasallamiento físico y psíquico.  Esta violencia secundaria es la violencia que se desarrolla si la violencia primaria no fue bien tramitada y si no se instalaron mecanismos de regulación de los impulsos de satisfacción inmediata.  Esta regulación la deben ejercer los adultos.  Por lo tanto todo lo que se ve como situación de agresividad y violencia es posterior a aquella inicial y se puede desarrollar en todas las etapas de la vida.


PyP: ¿Hubo un incremento en los últimos años de la violencia en las escuelas?

 F.O.:No hubo un incremento estadístico lo que ocurre es que han cambiado las presentaciones de la violencia y los medios masivos de comunicación los han hecho más visibles.


PyP: ¿Cómo explica el hecho que muchos chicos filmen escenas de violencia (agresiones entre ellos o hacia docentes) y luego las suban a internet?


F.O.: Es un recurso más.  No hay que demonizar ese recurso.  Simplemente existe.  Si hubiera estado hace cuarenta años también se lo hubiera utilizado.  Son los modos sociales posmodernos (por mediocres) para mostrar las tensiones entre fuertes y débiles y es el patrón de comportamiento discriminador y segregacionista propio del humano con poca capacidad de frustración y bajo nivel de represión de sus impulsos.


 PyP: ¿Los niños y adolescentes de sectores sociales bajos son más proclives a ser tildados de violentos?

F.O.: Esto responde a la estigmatización que heredamos de los principios de la criminología.  La portación de rostro y la equiparación de la delincuencia con  la pobreza es una pesada representación de aquellos postulados.  Sin embargo muchas estadísticas, de muy fácil acceso a través de internet (no es un dato oculto) señalan mayores índices de delincuencia en clases medias que en clases bajas.


PyP:   ¿Cómo influyen en los conflictos y la violencia los nuevos modelos de familia?


F.O.: Los nuevos modelos familiares no influyen directamente, ni hay una causalidad,  en la construcción de hechos de violencia; eso también es un modo de estigmatizar.  No se trata del modelo y casi le diría que ni del género. La única influencia real sobre la generación de hechos de violencia y conflictos vinculares se produce cuando hay adultos responsables de la crianza en el caso de los padres, y de la educación en el caso de los docentes,  que reniegan de este rol o lo cumplen deficitariamente o de modo negligente.  Es allí dónde niños y jóvenes pierden la referencia y desarrollan un descontrol de sus impulsos generando acciones de agresividad y violencia.  Primero lo manifiestan como un síntoma, como  una denuncia de la ausencia de rol adulto y luego (si no aparece la regulación de la impulsividad) se internaliza y se naturaliza como un modo de conducirse en la sociedad.


 PyP: ¿Cómo se trabaja desde la psicología para tratar casos de violencia? ¿Cuál es su experiencia en trabajos sobre violencia escolar?


F.O.: Desde mi experiencia tomo el abordaje que propone la Psicología Organizacional.  A partir de este cuerpo teórico propongo un análisis institucional.  Esto quiere decir hacer una intervención con los equipos escolares que detectan situaciones de transgresiones persistentes y reiteradas pero no advierten la posibilidad de gestionarlos para reconducirlos hacia un proceso de pacificación. Este diagnóstico institucional se propone dada la imposibilidad de la organización para ubicar los niveles de tensión institucional que obstaculizan el trabajo escolar (tarea docentes, participación de los alumnos, función directiva, grado de  participación de los padres, otros).   Los objetivos de este trabajo institucional son: determinar ideario moral y cultural de las diferentes categorías poblacionales escolares (docentes, alumnos, padres, personal administrativo, ordenanza, otros); relevar cuál es el ideario institucional (formal o informal); determinar cuál es el currículo oculto (la ideología que impera detrás del contenido que se transmite);  visualizar cuáles son las escenas temidas en la vida cotidiana escolar de cada categoría poblacional; determinar cuáles son los canales formales e informales de comunicación y transmisión de información dentro de cada categoría poblacional; determinar cuáles son los personajes que detentan un rol destacable dentro de cada categoría poblacional (líderes positivos y negativos, saberes de la cultura y tradición institucional, los históricos, los novatos, los democráticos, los déspotas, los moralistas, otros); determinar la existencia o no de categorías poblacionales escolares excluidas, discriminadas, sobrevaloradas, otros.  Este trabajo delimita y circunscribe el origen del conflicto y permite establecer estrategias para su resolución.  Y desde una perspectiva individual con el abordaje psicoterapéutico que se encasa a través de una evaluación y de un proceso psicodiagnóstico que incluye no sólo aspectos individuales de la personalidad del niño o joven sino del grupo familiar como continente de dicha problemática. 


   El Congreso está dirigido a docentes, directivos, psicopedagogas/os, psicólogas/os, trabajadores sociales, tutoras/es, orientadores escolares, jueces de menores, abogadas/os, otros profesionales de la educación, la salud, la comunicación y el derecho y estudiantes de carreras afines. En esta edición habrá dos Conferencias Magistrales (en la apertura y en el cierre) y actividad simultáneas (plenarios interdisciplinarios, mesas de debate, espacios participativos). Se presentarán Trabajos Libres en dos modalidades: Comunicaciones Orales y Pósteres. La idea central del evento es presentar experiencias concretas e innovadores de abordaje de los conflictos y proyectos e intervenciones institucionales.
   Para participar en el Congreso 2012 o realizar consultas pueden visitar el sitio www.congreso.escuelayviolencia.com.ar, escribir a congreso@sociedadescomplejas.org  o llamar al (5411) 5256 5436 – (15) 3377 1078. También se puede visitar el perfil  de facebook.com/SociedadesComplejas.

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