Autoras/es: Mario Marazzi*
(Fecha original del artículo: 2013)
“La sabiduría nos llega
cuando ya no nos sirve para nada” – Gabriel G. Márquez
La jubilación mata más
gente que el trabajo – Malcom Forbes
A veces uno se cree
incompleto y es … simplemente joven. Italo Calvino
Mi memoria es magnífica
… para olvidar. Robert Stevenson
Era un día tan hermoso que me pareció una lástima
levantarme de la cama. W.Soumerth Maughan
El
problema de nuestro tiempo es que el futuro… ya no es lo que era. Paul Valery
de
fácil diagnóstico
y
lúgubre pronóstico.
Desde
que ingresé en la ancianidad, eufemísticamente denominada “la tercera edad”,
“la edad dorada” o “adultos mayores”, tuve plena conciencia que me iba a llevar
de patadas con las convenciones establecidas.
A
mis 73 años y teniendo en cuenta como la medicina ha extendido el promedio de
vida, creo que podré sobrevivir algunos años más, razón por la cual creo que se
irán agudizando los síntomas de la
Vejez y seguramente comenzarán a aparecer algunos hasta hoy
ignorados.
Iré
señalando algunos de éstos síntomas pero quiero dejar explicitado que, en todos
los casos, se tratan de Pérdidas. Y
son de todo tipo y pelaje.
SALUD: Es
donde más golpea la enfermedad. Perdemos dientes, perdemos visión, perdemos
cabello, perdemos belleza (y no me vengan con que hay viejitos divinos),
perdemos memoria, perdemos oído, perdemos horas de sueño. Perdemos salud en
general y pasamos a frecuentar con sorprendente asiduidad a especialistas que
hasta unos años atrás ni siquiera sabíamos de su existencia tales como
“neumonólogos”, diabetólogos, hematólogos y sigue la lista de “ologos”.
Con justa razón reivindicatoria alguien preguntará …¿pero no
GANAMOS nada? Y es necesario reconocer que hemos ganado en olvidos, en úlceras,
en implantes dentales, en aumentos en los cristales de nuestros lentes, en
audífonos para escuchar algo, en várices, en arrugas y patas de gallo que no
nos dejan mentir, en disritmias cardíacas, en descalificadoras ignorancias de
ritmos musicales de absoluta moda, en enterarnos que como en las terribles
novelones venezolanos hay un “bueno” y un “malo” dentro de los colesteroles
decididos a taponar nuestras arterias, hemos ganado conocimiento (los varones
en este caso) en saber que el PSA no es el viejo Partido Socialista Argentino
de Alfredo Palacios sino el registro en sangre sobre los peligros que afronta
nuestra próstata (ya a esta altura de muy escasa y deplorable actividad)
amenazada por cáncer.
OTRAS PERDIDAS: Seguir enumerando
todo lo que hemos perdido en estos últimos años no es nada bueno pero creo,
necesario. Y no puedo dejar de sospechar que una de las principales pérdidas a
estas edades siniestras es la de Proyectos importantes. Me refiero a aquellos
que cuando teníamos 25 / 40 años nos llevó a levantar una casa, formar una
familia, planear y realizar un viaje importante, fundar una empresa o, como se
dice ahora, un “emprendimiento” con socios o familiares. Claro que seguimos
teniendo “proyectos”, pero son cortitos, chiquitos, mezquinos: Un sábado de campo
en Cañuelas con cuatro tipos vestidos de gaucho domando los mismos caballos
desde hace cinco años y que culminan su actuación trayendo una bandeja con
figazzitas de manteca con un pedacito de salchicha parrillera; un curso de Pami
que dura 4 meses y que nos ayuda a recordar lo que quizá solamente queremos
olvidar; seguir empecinados en el comparar el fútbol de antes con el de hoy; en
pensar que unos toques de Votox pueden enmascarar el desenfrenado correr de los
almanaques.
Intentar negar que esta última etapa de la
vida es casi un calvario es, sin dudas, una sospechosa falta de inteligencia y
lucidez.
Un ejemplo simpático puede ser el de una vieja señora que en la
década del 60 estaba empecinada a boletear al joven trovador catalán Joan M.
Serrat. Con poco menos de treinta años y decidida a todo se disfraza de mucama,
se mete en el Sheraton de Retiro (justo allí, donde estaba el Parque Japonés,
¿te acordás?) y por un ascensor de servicio llega al piso anhelado y concreta
su deseo. Hoy, esa misma señora –una interesante setentona- no se acuerda donde
queda el Sheraton. Del Nano si se acuerda …
QUIENES SOMOS – Una prima segunda de
mi primera esposa decía que “los viejos no son buenos ni malos, simplemente se
perfeccionan”. Sostiene esta teoría que aquella persona que durante su vida fue
un cascarrabias, severo, intolerante y
mal humorado hoy es lo que comúnmente se conoce como “viejo de mierda” Los que
corrieron al revés hoy son las viejitas que adornan los avisos de Te Mazzawatte
y los viejitos que van a Palermo con el sueño imposible de acertar una triple
de diez lucas llevando 20 pesos que le tiró uno de los hijos (el del medio, el
más piola). Pero vuelven más o menos contentos de haber podido renovar la
ilusión.
Deambulamos
con cierto aura de sabiduría que no tenemos, cuando nos dan el asiento en un
ómnibus lo aceptamos porque las rodillas crujen pero jamás imaginamos que
llegaría este día, cada vez dormimos menos horas aunque nos empastillamos para
achicar la vigilia, somos muy descuidados en el vestir porque ya no nos importa
hacer papelones y les tenemos respeto (a veces hasta un poco de miedo) a
nuestros hijos y nietos porque como explica un aviso que circula por Internet
…¡¡ ellos son los que eligirán el Geriátrico cuando llegue el momento!!
En
definitiva: ¡la Vejez
es un asco!
* Informe de Mario Marazzi
Para el curso de “Teatro
para el Cambio Social”
UBA – PAMI – 2013
Profesora Tamara Gorbachov
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